Se atribuye este hecho a la amistad que unía a Juan Domingo Perón, en aquel momento presidente de la Nación, y Tomás Adolfo Ducó, presidente de Huracán. En ese momento los jugadores granates se retiran del terreno de juego. Captará la atención del resto de personas y creará curiosidad por tu marca, de esta forma ampliarás horizontes de mercado. En cambio alguien que no tiene nada que perder puede llevarte a abrir una disputa y hacerte perder el tiempo.