A fines de los años sesenta y a principios de los setenta, los propietarios del club se embarcaron en un plan para modernizar el Stamford Bridge, que buscaba conseguir una capacidad de 60 000 personas sentadas. Cuando el Stamford Bridge fue reconstruido en la era presidencial de Ken Bates, muchas características adicionales fueron añadidas al complejo, incluyendo dos hoteles, apartamentos, bares, restaurantes, el Chelsea Megastore, y una atracción interactiva denominada Chelsea World of Sport.