Dos años más tarde el equipo empató 1-1 en un partido contra el equipo olímpico de Suecia 1912, camisetas del barça y los periódicos en Estocolmo nombraron al IFK Göteborg como «el mejor club de fútbol sueco de todos los tiempos». Pese a que las fuerzas se encontraban equilibradas, era el Athletic Club el equipo que dominaba el palmarés de la hasta el momento única competición oficial de clubes en España con nueve entorchados, por seis de los barcelonistas y cinco de los madrileños.